Billy Corgan, como todos sabemos, es el cantante de Smashing Pumpkins.
También es un ególatra.
Aparentemente es hermano mayor de Gerard Way, aunque en la realidad no lo es.
Billy es amigo de Robert Smith.
Billy tiene dos partes. Una adorable, otra odiosa.
En la adorable, ha compuesto algunas de las mejores canciones que he oído. También algunas de las más melancólicas. Habitualmente la gente no ha prestado mucha atención a sus letras, pero son fantásticas. Su cotidiana estética de hermano grandullón de Fétido Adams me encanta. Ha llevado su calvicie con honor, integrándola en su estética.
En su parte odiosa... buf... todo lo demás. Su descubrimiento e idolatría de la virgen María, sus libros de poemas, ser norteamericano, creerse un dios de la música, ser amigo de Courtney Love... Hay por ahí un vídeo en youtube (o lo tengo yo en casa?) donde en un concierto manda callar al público diciéndoles que han venido a escucharle a él cantar, no a hablar. Uf...
Los blogs por ahí han puesto a caldo su último disco, Zeitgeist. No, no, no. Es un muy buen disco. Siguen siendo los Pumpkins. Sólo que nosotros hemos cambiado, hemos escuchado otra música. A mí es un disco que me encanta y está lleno de buenas canciones. Por otra parte, sus nuevas canciones, las que aún no se han publicado, suenan fantásticas. Espero que publiquen nuevo disco pronto.
Muchas de sus letras son mantras para mí y vuelvo a los Pumpkins una y otra vez. Eso significará algo, no?
Time is never time at all
You can never ever leave without leaving a piece of youth
And our lives are forever changed
We will never be the same
The more you change the less you feel
Believe, believe in me, believe
Believe that life can change
That youre not stuck in vain
Billy importa. A mí me importa. Billy es importante.
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