Con 16 años todos los días pedía soledad. Quería estar solo. Alejarme de mis padres, de mi hermana, de mi barrio, de mi escuela, del mundo... sólo quería desaparecer, esfumarme, irme lo más lejos posible. Quería una casa y quería silencio. Con 16 años quería que el mundo fuese un poquito mejor. Quería poner mi granito de arena para cambiarlo.
Bueno. Estoy lejos de mis padres , lejos de mi hermana, lejos de mi barrio y lejos de mi escuela. Exilio. Y aún así me gustaría desaparecer. No sé porqué. Desaparecer para hacer qué? No lo sé. Cada vez creo que todo es igual es todos sitios. No los paisajes, no los olores, no los colores... pero sí las emociones de la gente. No sé dónde podría ir. Quizás a ningún lugar. No me asustan las celdas. Todo lo son. Me asusta que al cerrar la puerta no encuentre dentro lo que necesito.
He alcanzado lo que deseaba cuando era un adolescente? Pues sorprendentemente sí. Trabajo en lo que deseaba, hago lo que deseaba, vivo como deseaba, no he tenido que traicionarme para llegar hasta aquí... Pero mis sentimientos no han cambiado.
Cuando cierro los ojos e imagino mi futuro siempre aparece la misma imagen: una pequeña casa en una montaña, rodeada de árboles en una zona húmeda, con un perro y un gato corriendo a mi alrededor, abriendo por la mañana por la puerta, escuchando pájaros cantar y parándome a oler.
Quiero eso. Pero, si se me permite, además tengo otro deseo para lo que me reste de vida. Da igual desaparecer o no. No hay ningún lugar muy lejos al que llegar. Quiero estar donde esté, sintiéndome a gusto conmigo mismo y con mi vida. Y que el amor, en cualquier de sus muchas y extrañas formas, vuelva a mi vida. Me gustaría volver a ser capaz de amar.
Eso, o que lo que me quede sea lo más breve posible. No valdría la pena.
"Perhaps my best years are gone but I wouldn't want them back, not with the fire in me now"
Samuel Beckett
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