Si por casualidad alguien oyera esto
y dentro de mil años existiera algún invento
que le permita desplazarse por el tiempo,
que venga a salvarnos mientras pueda hacerlo.
Pero mis palabras se las habrá llevado el viento
y no habrá servido de nada todo el esfuerzo.
O bien no queda nadie en el futuro para hacerlo
(...)
Y si alguien del futuro casualmente oyera esto,
que venga a salvarnos, que me salve a mí primero,
que me salve a mí primero.
Los Planetas: Que no sea Kang, por favor (2000).
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