Raparse la cabeza

Hoy es domingo. Me he rapado la cabeza al tres.

Es una experiencia curiosa para mí raparme la cabeza. Soy vanidoso. El pelo es parte de mi vanidad, aunque cada vez me queda menos, supongo. Vanidad y pelo.

Cuando estoy nervioso o algo va mal en seguida me irrita el pelo. Entonces debo hacer algo con él, uno de los dos tiene que irse.

Cuando me acerco al momento siento mucha angustia, me siento realmente mal. Entonces enciendo la máquina y realizo la primera pasada. Entonces siempre paro y miro. Me siento mutilado. Es como si me hiciese daño. Pero sigo. Paro. Sigo. Paro. Cada vez queda menos pelo.

Eliminar el pelo supone eliminar una parte importante de la vanidad. Puede significar renunciar al mundo material, a lo accesorio, a lo decorativo. En oriente afeitarse la cabeza de repente es un símbolo de dolor extremo. El pelo significa el paso del tiempo y desde esta perspectiva raparse puede simbolizar un intento de limpiar las energías acumuladas en el pelo y el karma. Raparse es en occidente para algunas personas una forma socialmente aceptada de mutilarse. Los monjes budistas se rapan como símbolo de espiritualidad, ascetismo y austeridad... etc.

Cuando llego al final del proceso me siento liberado. La angustia ha desaparecido con el pelo. Y con ella mi vanidad. Es curiosa la experiencia de mirar todo mi pelo en el suelo. Cuando me veo así no me reconozco, pero cada vez prometo que no lo volveré a dejar crecer.

Y entonces siempre aparece en mi cabeza la canción de Nirvana:

I'm so happy cause today I found my friends.
They're in my head.
I'm so ugly but that's ok cause so are you.
We've broke our mirrors.
Sunday morning is everyday for all I care.
And I'm not scared.
Light my candle in a daze cause I've found god.

I'm so lonely and that's ok.
I shaved my head and I'm not sad.
And just maybe I'm to blame for all I've heard.
And I'm not sure.